El arte rupestre pintoresco de Portugal
Portugal nos ofrece disfrutar del gran arte Paleolítico Superior en Côa y Escoural y el arte esquemático en Tejo a la altura de la ciudad de Maçao.
En el Parque Arqueológico del Río Côa, al noreste de Portugal, podemos encontrar diferentes petroglifos al aire libre donde están representados bóvidos, caballos, otras figuras de animales, abstractas y de humanos, que se pueden ubicar a los años 22.000 a 10.000 años antes de Cristo.
Principalmente fueron elaborados en superficies verticales de roca a lo largo del valle del río, teniendo un estilo de líneas muy finas y bien marcadas. El tamaño de los mismos varía entre 15 y 180 centímetros, pero predominan los que son de 40 o 50 centímetros de extensión que forman a menudo composiciones.
El lugar del valle del Côa está compuesto, hasta ahora, de un grupo de 16 lugares de arte rupestre y asentamientos extendidos por 17 kilómetros del valle inferior del Río Côa.
Por su parte, en la ciudad de Maçao, siendo considerada la capital rupestre del Río Tejo, se encuentra el Museo de Arte Prehistórico y Sagrado del Valle Tejo, que da paso a los espacios rupestres el Parque Arqueológico de Ocrenza, donde a las orillas del río podemos encontrar diversos gravados donde resalta el caballo que es acompañado de símbolos enigmáticos de la Edad del Bronce. Además, allí se pueden observar otras representaciones propias de la época.
Seguidamente, a tan solo 138 km separan Maçao de Montemor-o-Novo, en cuyo término municipal encontramos la fregresia rural de Santiago de Escoural, donde encontramos el Centro de Interpretación de Escoural, y a tan solo 3 km de éste, la propia Gruta de Escoural.
Este espacio es la única cueva decorada de Portugal, y además de su belleza natural, ofrece un amplio muestrario de arte paleolítico, con grabados y pinturas que representan caballos, uros y cabras, entre otros elementos. Las visitas en este espacio son limitadas, en función de conservar los espacios.
Esther R.