El relieve y paisaje detrás del arte rupestre atlántico


Los petroglifos de tradición atlántica se extienden desde el noreste de Portugal hasta el norte de las Islas Británicas, siendo la zona de mayor concentración de este estilo, la mitad occidental del actual territorio gallego y la región portuguesa al norte del rio Limia. Estos petroglifos se encuentran al aire libre en un paisaje lleno de sierras, colinas y rocas graníticas, con procesos erosivos naturales antrópicos, que vienen siendo pobres para el cultivo, siendo ideales para la caza y la ganadería.

Los petroglifos atlánticos se sitúan en pequeñas elevaciones de terreno o al pie de las mismas, desde donde se tiene un control visual, muchos de ellos en costas o a la orilla de ríos. Los motivos o representaciones más comunes son las cazoletas, las cuales ocupan el primer lugar, las combinaciones circulares también son muy comunes (círculos concéntricos y círculos que contienen cazoletas). Luego podemos encontrar animales como ciervos, caballos y serpientes; y armas como alabardas y puñales.

De forma minoritaria, pero también presentes, se encuentran representados los laberintos, los espirales, las figuras humanas, los podomorfos, trisqueles, embarcaciones, esvásticas, etc. Normalmente estas representaciones menos frecuentes, son los acompañantes o se acompañan de las comunes.

Sin embargo, el arte atlántico se caracteriza por la presencia de figuras tridimensionales frecuentemente, en las que se ha usado el falso relieve, las protuberancias y las depresiones naturales de las rocas, siendo en ocasiones más el bajorrelieve que el propio grabado de la roca.

Estos grabados o petroglifos se hicieron posiblemente a través de la combinación de piqueteado y la abrasión, usando un instrumento de cuarzo o cuarcita, muy abundante en el entorno, que es más duro que el granito. Por su parte, la función del rebaje que es la de delimitar que el contorno de la figura, son aquellos que presentan en la actualidad, con un alto grado de detalle en los casos mejor conservados.

Esther R.